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ME ATERRÓ ESTAR EN UN BAR S-M

ME ATERRÓ ESTAR EN UN BAR S-M

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Soy un hombre divorciado de 43 años. Hace nueve meses empecé con una compañera de oficina. Comenzamos una especie de relación, nada formal, pero sí con mucho sexo. Tuvimos que hacer un viaje a Estados Unidos y ella me dijo que le gustaban los bares SM. Yo no sabía muy bien de que se trataba, pero la verdad me aterró. Pasé varios días con pesadillas. No puedo creer que eso le pueda gustar a alguien normal.

Las prácticas sadomasoquistas conocidas como SM son relativamente populares en las grandes urbes. Aun cuando solo un porcentaje pequeño de la población disfruta de estos lugares, suelen estar abiertos al público en general, y son muchos los que pueden ir como simples observadores.

Recordemos que la palabra sádico se utiliza en el plano sexual para referirse a las personas que experimentan placer practicando juegos en los cuales dominan, infringen dolor, o humillación a la pareja, desde luego bajo la premisa de no provocar daño. El término masoquista, hace referencia a quienes disfrutan con el dolor, la dominación o con las humillaciones. Los participantes acuerdan previamente una clave o señal para parar, sea porque la práctica dejó de ser agradable o cuando está provocando daño.

En el cine, la televisión e internet se presentan con frecuencia escenas SM, mostrando personas con látigos, cadenas, sogas, fajas, máscaras y trajes de cuero, usualmente de color rojo o negro. Hoy la ciencia considera que es normal este tipo de práctica, en el tanto se base en un conocimiento libre, pleno, informado de los participantes y dentro de un marco sensato, consensuado y seguro que no provoque daño alguno. Sin embargo, para la mayoría de la población estas prácticas no resultan sexualmente agradables, y muchas veces, hasta inentendibles

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