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SEXO Y CÁNCER DE PRÓSTATA

Salud Sexual Masculina.

SEXO Y CÁNCER DE PRÓSTATA

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El cáncer de próstata representa un verdadero acertijo debido a la enorme cantidad de factores que influyen en su desarrollo. Por un lado, la próstata es una glándula oculta en lo más profundo de la pelvis de manera que pocos varones tienen una idea clara de su ubicación y de su forma.

Precisamente por esa localización es común que los procesos cancerosos prostáticos pasen años sin dar síntomas, y por ende los pacientes no consultan para su detección. Se han descrito cánceres avanzados que evolucionaron de manera silenciosa sin provocar manifestaciones o molestias.

Otro factor importante reside en que el examen diagnóstico por excelencia es el tacto rectal, con el cual el médico introduce uno de sus dedos en la cavidad anal para palpar la próstata, es un examen simple, rápido, indoloro, sencillo y barato pero que tiene el enorme inconveniente de que hiere la hombría de muchos hombres; al punto que porcentajes importantes de la población masculina reniegan y eluden su realización.

Bajo esta perspectiva emerge otro pero, cual es que la próstata está en íntima relación con los nervios y vasos sanguíneos que llegan a los órganos sexuales masculinos, de tal forma que cuando se realizan las cirugías para remover el cáncer de próstata es común que se dañen las estructuras responsables de la erección masculina, de tal manera que  el paciente cursa con problemas de erección y auténticos cuadros de impotencia.

Algunos pacientes que padecen de cáncer de próstata rehúyen tanto los exámenes diagnósticos como la misma cirugía con tal de no perder su capacidad sexual. Debemos recordar que estos problemas de erección aun cuando afecta intensamente al hombre, también repercuten en la mujer. Ambos tienen claro que toparon con suerte de haber superado un cáncer pero también lamentan que esto pueda significar el fin de la vida sexual.

Ella se debate entre callar o conversar en busca de opciones, no quiere ser vista como una desinteresada del asunto sexual pero tampoco desea una posición exigente. Por otro lado el varón lidia con muchas dudas. Es común que se cuestione el futuro de la relación. Teme que ella lo deje, que le sea infiel o que se quede por lástima. Muchos varones aun queriendo intensamente a su pareja prefieren acabar con el vínculo porque no pueden concebir una vida marital carente de actividad sexual.

Tenemos que comprender que en nuestra cultura la sexualidad se ha restringido al área genital, y particularmente el hombre cree que la erección y la penetración son los protagonistas del acto sexual. En realidad para la mujer los besos, los abrazos, las caricias sexuales, y el mismo sexo oral suelen ser tan o más gratificantes que la penetración. Claro está, a muchos hombres les cuesta creerlo, y piensan que es un decir de su pareja para que él no se sienta mal con su problema sexual. Antes, esa era precisamente el abordaje que se hacía en estos casos. Se le enseñaba al varón las mil y una formas en que se puede estimular a una mujer para que alcance el orgasmo. Sin embargo, muchos pacientes a pesar de disfrutar estas técnicas seguían extrañando la erección perdida.

Afortunadamente en la actualidad, disponemos de una enorme gama de tratamientos que nos permiten devolverle las erecciones a muchos de estos pacientes. El punto reside en que  se consulte en los dos o tres meses posteriores a la cirugía, para hacer estudios integrales y así determinar cuáles son los tratamientos idóneos para rehabilitarlo sexualmente.

Hoy disponemos de diversos tratamientos, algunos son tomados, otros inyectados y en casos difíciles hasta se puede optar por  ciertos tipos de cirugías. Lo importante es que el paciente no se quede con la idea que la cirugía le quitó para siempre la sexualidad. El paciente debe entender que hay muchas opciones para restaurar su desempeño sexual.

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