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LAS VENTAJAS SEXUALES DE NUESTRA GENERACIÓN

Progresos en materia sexual.

LAS VENTAJAS SEXUALES DE NUESTRA GENERACIÓN

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Curiosamente, el mundo ha cambiado más en materia sexual en los últimos cincuenta años, que a lo largo de toda la historia de la humanidad. Sin embargo, a veces no nos percatamos de estos cambios o al menos no los incorporamos en el cada día de nuestras vidas. Tal vez sorprenda a lector que, en las últimas dos décadas, la sexología ha avanzado más de lo que ha avanzado la informática y la computación. Eso habla de los enormes progresos que ostentamos hoy en materia sexual.

Desde luego, eso sirve de poco si la población no se entera, si la población no se informa y, sobre todo, si la población no se anima a cambiar su realidad sexual; sobre todo, en aquellos que se encuentran al margen del placer, producto de una disfunción sexual.

Recordemos que esto es muy frecuente en la población masculina. Los estudios indican que cerca del 70% de los hombres padecen o han padecido de problemas eyaculatorios, es decir, de eyaculación precoz. Estos hombres no controlan la salida del semen, terminan muy rápido, provocando que su mujer no pueda disfrutar la relación porque no le da tiempo de alcanzar el orgasmo. En ese mismo sentido, porcentajes cercanos al 50% de los varones sufren o sufrirán un problema de erección, auténticos cuadros de impotencia que los alejarán de la vida sexual.

La eyaculación precoz es causa frecuente de desencantos sexuales. El hombre se siente decepcionado de sí mismo al no poder satisfacer a su pareja. La mujer se siente desilusionada de la sexualidad, porque esta no le depara el placer prometido socialmente. La impotencia por otra parte, va más allá: menoscaba la autoestima del varón, tanto en el área sexual como en su condición de hombre. Muchos sienten su virilidad severamente afectada porque no logran una erección, se sienten menos hombres aun cuando el resto de las áreas de su vida marchen bien.

Antes, padecer de impotencia o de eyaculación precoz era una sentencia eterna, no había prácticamente forma de superar estas condiciones. Las terapias, los tratamientos, la hipnosis; en poco ayudaban a resolver el problema. Hoy, por el contrario, la ciencia cuenta con diversas opciones terapéuticas que son altamente efectivas y que resuelven el problema en cerca del 95% de los pacientes.

Sin embargo, la inmensa mayoría de los varones que sufren estas disfunciones no consultan. Estos hombres deambulan a lo largo de su vida cargando con un pésimo rendimiento sexual, como si vivieran en el siglo XV o en el siglo X, es decir,  sin aprovechar los avances que hoy la ciencia nos depara. Tenemos que entender que los problemas sexuales del varón, los padece el hombre pero los sufre la mujer. Es una auténtica daga que daña a ambos miembros de la pareja.

Sabemos que cuando tenemos intimidad, cuando nos tenemos hambre sexual, cuando como pareja  saciamos nuestros apetitos sexuales, cuando nos llevamos ganas; somos más indulgentes, más bondadosos, más condescendientes y, por ende, el vínculo tiende a ser más grato y, sobre todo, se desvanecen muchos de esos conflictos tontos en los que con frecuencia caemos. 

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