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LA NAVIDAD PARA LOS NIÑOS

Una fecha esperada por meses.

LA NAVIDAD PARA LOS NIÑOS

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Llega Navidad y sin lugar a dudas es la época en la que la felicidad reina por doquier. Por su profundo significado espiritual y por su fuerte legado cultural, es la actividad más importante del año. Curiosamente, ese protagonismo social es minúsculo en relación a la gigantesca importancia que tiene la Navidad en nuestros primeros años de vida.

El Ni�ito Dios, su aliado Santa, el 24, el portal, el �rbol de Navidad, las pastoras; son vistas por el infante como una parte m�gica de la vida. La vivencia de los cuentos, la fantas�a de las aventuras televisivas, la grandeza de los s�per h�roes, lo divertido de las caricaturas; todo eso se conjuga en un solo, para hacerse presente en la Navidad.

El infante no puede creer que algo digno de la imaginaci�n se haga realidad en su casa. El ni�o se siente afortunado de que personajes como Santa y el Ni�ito lleguen hasta su cuarto cada fin de a�o, tanto que a lo largo de los doce meses, la espera de la Navidad gravita en la mente de los peque�os.

Muchos han cuestionado si estas fantas�as son negativas para los ni�os. La verdad es que, al margen de aquellos fan�ticos de la amargura, la Navidad representa una etapa sumamente positiva para el infante. Siempre nos gusta recordar que es la �poca del a�o donde los grandes son chicos y lo chicos son grandes.

Este es el mes cuando los pap�s tienen el tiempo para ver con los ni�os pel�culas infantiles, hacer el portal, decorar la casa, armar el �rbol, hacer tamales y sentarse largas horas en el suelo para jugar juntos con los nuevos juguetes. La vivencia familiar cambia para hacerse m�s familiar, m�s casera, m�s propia, m�s aut�ntica y esto le aporta al ni�o todo un bagaje cultural que le ayuda a configurar su identidad y su sentido de pertenencia.

Particularmente la cena del 24, es la cena de los ni�os. Solo se habla de juguetes y expectativas, y los peque�os, con fogosa ansiedad, esperan que sea la media noche para abrir los regalos.

�Qu� decir el 25! mientras los grandes guardan la esperanza de poder dormir un poco m�s, por haberse acostado tan tarde en Noche Buena, a las 2 o 3 de la ma�ana; los gritos y risotadas colonizan toda la casa desde tempranas horas. Los ni�os toman por asalto el cuarto marital para enterar a los padres de los juguetes que el Ni�o trajo. De inmediato, se arma la mejenga en la sala; las piezas del mecano se apoderan de la cama y el 25 de diciembre se convierte en el d�a m�s l�dico y m�s familiar del a�o.

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