FALSOS GEMIDOS

Una vieja costumbre.

FALSOS GEMIDOS

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Un nuevo estudio sobre conducta sexual realizado por investigadores de la Universidad de Central Lancashire, en Gran Bretaña, descubrió que más de un cuarto de las mujeres gimen habitualmente durante el sexo, pero no por placer, sino para hacerle creer al varón que ha alcanzado la cúspide sexual.

Esta investigación así como la que comentamos la semana anterior,  ha tomado un interés inusual en la red, provocando múltiples comentarios y algunos lectores nos han pedido que los comentemos.

Debemos recordar,  que la sexualidad femenina siempre estuvo relegada a un segundo plano, los deseos y sensaciones del varón eran los realmente importantes, mientras que se desconocía el potencial sexual femenino y se censuraba de manera castrante a aquellas mujeres que se atrevían a beber las mieles del placer.

Cuando se produce la Revolución Sexual de los años sesenta, nuestra sociedad se percata que la mujer está en capacidad de experimentar enormes sacudidas de placer y que su capacidad sexual supera a la del varón, convirtiéndola en el sexo fuerte en materia sexual. 

Esto ha cambiado las expectativas sexuales de las parejas, que hoy más que nunca antes incluyen dentro de sus expectativas maritales,  la vida sexual. Hombres y mujeres desean vivir intensamente el deleite sexual. Particularmente, hoy el hombre no se complace simplemente con disfrutar en primera persona del acto sexual, parte de su deleite deriva de ser capaz de provocar torbellinos de placer a su mujer.

Además,  las parejas se han acostumbrado a presenciar escenas televisivas y en la red en las cuales el deleite sexual es interpretado por los actores a punta de gritos, gemidos y aruñazos, dando la sensación de que el orgasmo femenino, siempre es salvaje y grotesco. 

Todo esto ha repercutido fuertemente en las parejas que cargan sobre sus hombres la expectativa de orgasmo sonoros, y evidentes, al punto que muchas parejas se  sienten mentalmente obligadas a cumplir con esta expectativa y emiten falsos gemidos, algunas veces para que el hombre se sienta bien, por el logro alcanzado y otras veces para que no crea que ella no ha disfrutado el encuentro sexual.

Los estudios indican que si bien es cierto,  muchas mujeres experimentan el orgasmo acompañados de sonidos evidentes, muchas más, los experimentan intensamente pero de manera silenciosa, al punto que es tanto el placer vivido que la mujer simplemente cierra sus ojos y sin moverse, calladamente disfruta de una reconfortante cascada de placer.

Bien hacen las parejas,  cuando dedican tiempo para conversar sobre la forma en que cada uno vive y experimenta la sexualidad, ya que con ello pueden comportarse libremente en la cama sin tener que fingir,  para llenar expectativas sociales que no tienen fundamento alguno.

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