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EL REGALO PENDIENTE.

Una cuestión de peso.

EL REGALO PENDIENTE.

E
Como nación tenemos una asignatura pendiente. Como pueblo pareciera que todavía creemos en la cigüeña. No hemos comprendido que los niños son un asunto de dos. No importa el cómo, no importa el por qué, no importa el cuándo, no hay excusa que valga, los niños son producto de la unión de dos y como tal tienen que ser los dos los responsables de la criatura.

Más resulta que en nuestro país la mitad de los niños nacen sin padre. La mitad de nuestros niños crecen sin figura paterna. El varón sigue siendo el gran ausente en la formación de los niños costarricenses. Desdichadamente, como pueblo nos hemos conformados con contar con  una serie de leyes sin comprender que la ley que no cambia la realidad para la que fue hecha es una ley estéril, espuria y vana.

¿De qué nos sirve que la ley diga que todo hombre debe hacerse responsable de sus hijos?  Si las  amenazas, amedrentamientos, evasiones y tretas, rubros importantes de varones esquivan sus responsabilidades y burlan la ley.

Son muchas las madres que prefieren criar solas a sus hijos que lidiar con los suplicios del sistema y con los desplantes de poder de sus parejas. Mientras la ley no se cumpla, estamos propiciando que los irresponsables sigan dejando regados  niños por doquier.

Por eso como país tenemos que implementar sistemas que por ley, se determine automáticamente quién es el padre de cada criatura en el mismo momento en que la madre asume el control prenatal o en su defecto al momento de nacer. Desde luego que la ley no puede obligar a nadie a querer a su hijo, y sabemos que abundan los desalmados que no quieren a nadie. La idea es que de inmediato se tramite la pensión para que al menos el aporte económico no le falte al infante.

Curiosamente los estudios indican, que buena parte de esos varones irresponsables sientan cabeza cuando les tocan el bolsillo, que la pensión les duele todos los meses, la pensión les duele toda la vida y ese dolor suele ser aprendizaje para el niño o niña, al punto que aprenden a no dejar sus hijos regados, aprenden a usar el preservativo, aprenden a ser responsables.

Se ha debatido mucho en el sentido de si esos padres con dar pensión se garantizan el derecho a ver a sus hijos y esto sirve muchas veces para que como venganza le hagan la vida imposible a la madre. De manera que es prudente en aras de la tranquilidad quede como un  precedente la negativa inicial del padre a reconocer al infante.

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