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EJERCICIO Y EMBARAZO

Beneficios para la salud de la madre.

EJERCICIO Y EMBARAZO

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Hoy más que nunca, hemos entendido los enormes beneficios del ejercicio sobre la salud tanto corporal como psicológica. Esto ha provocado que, en cierta forma el ejercicio se haya convertido en una nueva costumbre y hasta en una nueva moda que nos permite conservar la figura y acrecentar la belleza.

Por otra parte, el embarazo representa un periodo mágico tanto desde el punto de vista vivencial como metabólico: del cuerpo de la madre saldrá un nuevo ser y para esta gesta se requiere todo un aporte calórico y nutricional que a algunas mujeres les genera el temor de perder la línea para siempre.

A nivel colectivo también existe el temor de que el ejercicio durante el embarazo pueda afectar a la madre o el desarrollo del bebé y ante la duda, muchas embarazadas prefieren evitar el ejercicio. Por eso,  es muy común que muchas lectoras de esta columna y también futuros padres nos pregunte cuáles son los ejercicios puede realizar la mujer embarazada y la frecuencia e intensidad recomendada.

En términos generales, toda mujer puede continuar con la rutina de ejercicios que realizaba antes del embarazo siempre y cuando cumpla con dos condiciones:

• Que el embarazo curse normalmente.

• La práctica deportiva no implique el riesgo de un golpe o traumatismo.

Se comprenderá que para cumplir con la primera condición, es fundamental contar con una valoración médica que autorice el ejercicio. Del segundo término se deriva la necesidad de evitar aquellos deportes como el boxeo o las artes marciales por el peligro de un golpe. Los juegos de equipo como el fútbol, voleibol, balón mano, básquetbol entre otros también deben dejarse de lado, ya que conllevan el riesgo de una caída. Es por esa razón que la gimnasia, el atletismo, la natación, la bicicleta estacionaria y el baile suelen ser los ejercicios más recomendados por los ginecólogos

Aun cuando el ejercicio se vea como un recurso para mantener el peso debemos recordar que durante el embarazo aporta un sinfín de beneficios adicionales, entre otros, evita la acumulación de  líquido, propicia los arcos de movimiento,  es un excelente remedio para el estrés y la ansiedad que afecta a algunas embarazadas, permite conciliar el sueño más fácilmente,  combate el estreñimiento, tonifica la espalda, mejora la postura y facilita la labor de parto.

Además disminuye la posibilidad de desarrollar ciertas enfermedades que suelen afectar el curso del embarazo como la hipertensión arterial, la diabetes, ciertos problemas placentarios y algunos problemas en la circulación.

Hay una ventaja adicional de mucha importancia: la mujer que hace ejercicio durante el embarazo recupera su silueta más rápido después de nacido el bebé. Así, que una vez que el médico da el visto bueno es momento de iniciar el deporte.

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