BOLSAS PARA TODOS

En nuestro país hemos logrado que todos los autos cuenten con un seguro obligatorio. Aunque la medida que fue criticada por muchos al momento de gestarse, vino a responder a las implicaciones de un accidente de tránsito cuando los involucrados no cuentan con los recursos para solventar tanto las desgracias personales como las materiales.

Como país tenemos que entender que los seguros son, ante todo, soluciones paliativas, que aunque de vital importancia, no eliminan las desgracias que se generan en las carreteras. Por eso, como nación tenemos que pensar más allá. Tenemos que implementar medidas orientadas a la prevención de tantas y tantas lesiones que se generan en la calle.

A las arcas del Estado, a nuestra economía, estas lesiones le representan grandes erogaciones, a la familia un cisma emocional y a veces financiero. Cuando una persona pierde un brazo, una pierna, un ojo, o que queda paralítico, está perdiendo una facultad pero también  está truncando su realidad, su “modus vivendi”, su forma de ganarse el pan nuestro de cada día, su futuro, sus expectativas, sus ansias y sus sueños. Y eso no lo repara ningún seguro.

Por eso, hoy que contamos con los avances de la ciencia, es momento de usarla a nuestro favor. Las bolsas de aire representan un gran aliado para disminuir de manera considerable las lesiones ante una colisión. Desdichadamente, prácticamente sólo los autos de lujo cuentan con ese recurso. Hoy sólo los adinerados se ven beneficiados con su protección.

Los estudios mencionan que estas bolsas cuando se utilizan junto con el cinturón de seguridad pueden disminuir hasta en un 30% las muertes en la carretera y reducen el riesgo de lesiones en la cabeza, el cuello y el pecho en un 75%, porcentajes que hablan por sí solos.

Se dirá que es muy caro. La verdad es que si se hacen los números correctos nos daremos cuenta que nos ahorraríamos buena parte de los 15mil millones de colones que se gastan anualmente en la atención inicial de 17 mil accidentados, sin contar los gastos de rehabilitación y de la reincorporación de los accidentados a la vida económicamente activa. Eso sin contar el factor invaluable: evitar lesiones que realmente nos dañan toda la vida.

Sería ideal crear una serie de normas que nos permitan modernizar nuestra flota automotriz e incluir como requisito que todo auto que circule en nuestro territorio cuente con estos dispositivos. Podríamos bajar los impuestos por un lapso de tiempo para que no sea sólo el pueblo quien cubra estos gastos. Al final el Estado recuperaría el dinero con el ahorro que generan las bolsas de aire.