PUNTO G

Es hasta en la década de los ochenta que el punto G se convirtió en parte integral de la sexualidad humana; a pesar de que sus descripciones se remontan a varios siglos antes y que su nombre deriva del apellido de un reconocido médico llamado Grafenberg.

Esta es la razón por la cual existen varias denominaciones, como la de mancha G, mancha Grafenberg, Punto Grafenberg. El más utilizado a nivel mundial es el de Punto G.

Las investigaciones señalan que algunas mujeres, experimentan un orgasmo diferente cuando son estimuladas en la parte superior de la cavidad vaginal. Esta sensación orgásmica se diferencia del orgasmo usual porque no se acompaña de la contracción generalizada de todos los músculos del cuerpo, sino que el orgasmo se desencadena con el acto de pujar.

El estudio minucioso de esta sensación tan diferente, como lo es el orgasmo "pujado", arrojó información detallada de lo que sucede en la fisiología femenina.

En primera instancia, cuando una mujer es estimulada en el área del punto G, no siente ninguna sensación en particular. Si el estímulo continúa, se presenta un deseo imperioso de orinar, lo cual, con frecuencia hace que la mujer suspenda la relación sexual y más bien proceda a la micción.

Sin embargo, aun cuando la mujer orine, una vez que se reanuda la estimulación sexual, aparece nuevamente ese deseo de micción. Si continua la estimulación, se desencadena un intenso deseo por pujar y es en ese momento que irrumpe el orgasmo.

El orgasmo del punto G no es mejor o de más calidad que el orgasmo usual, simplemente es diferente y como tal es una variedad sexual que las parejas disfrutan a plenitud.

Los reportes internacionales señalan que no todas las mujeres tienen el punto G. Algunos reportes indican que se encuentra en un 30% de la población femenina, sin embargo la cifra todavía está por confirmarse.

Desde el punto de vista anatómico, el punto G no se identifica como una estructura especifica. Su presencia se detecta una vez que se realiza la estimulación en donde a nivel de laboratorio se ha documentado que el tejido vaginal se engruesa y se hincha.

Algunas autoridades señalan que el punto G corresponde a restos congénitos del tejido que en el varón formará la próstata y que en la mujer normalmente se reabsorben.

Uno de los aspectos que más llama la atención del punto G, es que en muchos casos se acompaña de la salida de un líquido a través de la uretra que simula orina, pero que en realidad es una secreción prostática.