CUANDO ELLOS FALLAN EN LA CAMA

Desde luego, esta nueva relevancia sexual genera diversos temores en la población, particularmente en los varones,  que no pueden aparentar, disimular y mucho menos fingir el desempeño sexual.

Es decir, una mujer puede hacer creer a la pareja que tuvo un orgasmo, pero el hombre no puede aparentar una erección ni tampoco una eyaculación. Para los hombres, las relaciones sexuales son una especie de examen, una verdadera prueba en la cual, al final de cada acto sexual, tanto él como ella saben perfectamente cuál fue el resultado.

Cuando el hombre funciona bien en la cama, se siente orgulloso,  satisfecho y experimenta  una sensación de plenitud y bienestar que reina a nivel mental. Pero si, por el contrario, si se tiene un mal desempeño, ya sea que la erección falle, porque no se consigue la rigidez adecuada,  porque se consigue la firmeza deseada pero rápidamente se pierde o porque la salida del semen sucede muy rápido; la desolación, la tristeza y la vergüenza afloran de inmediato. Para el hombre, fallar en la cama es realmente traumático.

Por esta razón, muchos varones, ante un mal desempeño, temen tener una nueva relación sexual por miedo a volver a fallar. Prefieren alejarse del sexo, buscando excusas, evitando situaciones sexualmente comprometedoras y hasta provocando conflictos maritales que le permitan distanciarse sexualmente de la pareja. 

Desde luego que este proceder era totalmente justificable hace tan solo un par de décadas,  cuando la ciencia no contaba con las herramientas suficientes para identificar las causas de los problemas sexuales masculinos y mucho menos las medidas necesarias para devolverle al paciente su buen rendimiento sexual. Sin embargo, en la actualidad contamos con toda una tecnología de punta  que permite resolver la mayoría de los problemas sexuales masculinos.

Por eso, no  hay razón para resignarse a una vida sexualmente insatisfecha, no hay razón para aislarse sexualmente. Hoy sabemos que el ejercicio de la sexualidad es sumamente saludable y no está bien que, por temor a un mal desempeño, las personas estén sexualmente solas.

Hoy sabemos que la mayoría de los problemas de erección y de eyaculación no son producto de problemas psicológicos: son provocados por enfermedades físicas fácilmente tratables. Se trata de enfermedades que afectan la vida sexual y también pueden alterar otros órganos como los huesos, el corazón y el cerebro entre otros.

Por eso en la actualidad los médicos entendemos los problemas sexuales como síntomas de enfermedades más profundas e importantes, y que si no se tratan, a la larga, podrían generar fuertes y severas repercusiones en la salud.

Sirva este comentario para instar a los varones a consultar ante cualquier problema sexual y desde luego instar a las mujeres a que motiven a sus parejas a que consulten. Al igual que con otras alteraciones, el diagnóstico temprano es el que se acompaña de un mejor pronóstico,  así que lo idóneo es consultar cuanto antes.