Temas Difíciles 2852 0 III Parte LA OTRA CARA DE LA VIRGINIDAD De la defensa de la virginidad a la urgencia de perderla Por Dr. Mauro LEl cambio tan marcado que ha experimentado la sociedad occidental en la concepción y la valoración de la virginidad, ha sio influenciado en parte por los medios de comunicación. Los resultados de esto lo vemos en las edades de inicio de las relaciones sexuales, en la epidemia de enfermedades venéreas en los más jóvenes y los demás efectos del inicio temprano de la vida sexualLa evolución tan radical y marcada que en los últimos años se ha suscitado en la cultura occidental en torno a la virginidad, ha tenido fuertes efectos sobre el comportamiento sexual de nuestras poblaciones. De aquella concepción rígida ancestral que sentenciaba que toda mujer debe llegar virgen al matrimonio, las nuevas élites emergentes viraron a una nueva máxima: hay que deshacerse de la virginidad cuanto antes. Esto provocó que porcentajes muy importantes de mujeres jóvenes iniciaran la vida sexual a temprana edad. No se crea que esto surgió de manera espontánea, no. Los medios fueron uno de los actores principales en gestar esa nueva actitud sexual. A través de un proceso gradual y a la vez feroz, se fue inculcando la idea de que el mundo sexual es un paraíso carente de riesgos, que se debe disfrutar cuanto antes y sin el menor temor. El común denominador de los guiones de muchas películas, series y programas, mostraban adolescentes apostando sobre quién perdía primero su virginidad, quién acumulaba más experiencia con más hombres, quién se acostaba con un hombre casado o quién se acostaba con un desconocido. Desde luego, esas tramas terminaban siempre bien y los protagonistas no afrontaban riesgos. Recordemos que, aun cuando el sexo y el amor pueden ser hermosos, también es cierto que pueden configurar un auténtico infierno. Precisamente, muchos jóvenes han tenido que vivir en carne propia esa cara fea de la sexualidad. El mundo occidental se vio sorprendido con epidemias de enfermedades venéreas en menores y con una ola de madres adolescentes, que recientemente pasó a ser una ola de madres-niñas. Además, muchas jóvenes se vieron expuestas a las dinámicas que inexorablemente vienen con el amor y el sexo, como los celos, los rechazos y las separaciones, que son difíciles de manejar por los adultos y mas difíciles en los jóvenes. De hecho, estas situaciones inducen a muchos jóvenes al alcohol, a las drogas, al abandono de los estudios, a cuadros depresivos y hasta a intentos de suicidio. Así pasamos de una tan desacreditada ideología pueblerina a una rimbombante maldición citadina.