Uno de los grandes hallazgos de los estudios de Masters y Johnson en la década de los sesenta fue precisamente el demostrar que los problemas de erección no suelen presentarse de manera súbita sino más bien que son paulatinos y progresivos, es decir, rara vez se pierde de manera repentina y total la capacidad para conseguir una erección firme. Lo usual es que se inicie con fallas ocasionales, episodios en los cuales la rigidez apenas es parcial y situaciones en los que cuesta conseguir la erección o cuesta mantenerla.
Curiosamente en muchos casos, lo último que se daña son las erecciones matutinas, que son las que ocurren en la madrugada y a la hora de despertarse. Normalmente son erecciones muy firmes, y cuando se tienen problemas de erección, el varón las aprovecha para tener relaciones sexuales.
Sin embargo, es bien sabido que si el paciente no consulta, el problema que esté falseando la erección va a seguir progresando al punto que afectará todas las erecciones incluyendo las matutinas.
Por eso, cuando se observan las primeras “pifias” sexuales, independientemente de la edad, se debe consultar cuanto antes, para evitar que el deterioro sea mayor. Recordemos, que hoy la ciencia está en capacidad de resolver la mayoría de estos problemas y el varón recupera su desempeño sexual.
Deja una respuesta