El sobrepeso y la obesidad se ha convertido en un problema de salud pública en Occidente, al punto que en algunos países como el nuestro el porcentaje de personas con problemas de peso superan el 30%. Recordemos además que el sobrepeso es la antesala de diversas enfermedades graves y limitantes, como la diabetes, la presión alta, los colesteroles elevados, el infarto, el derrame cerebral por solo citar algunos.
Por otra parte, el sexo por sí mismo no representa una fuente importante de pérdida calórica, y el gasto que se produce está en estricta relación a la duración del acto sexual y al despliegue físico que se realice. Desde luego, que estar de pie y alzar a la pareja para tener una relación sexual de quince minutos demanda un enorme esfuerzo físico en relación con tener un encuentro íntimo por unos breves minutos, en el que ambos están acostados.
Es importante destacar que la actividad sexual no representa una fuente importante de pérdida calórica de tal forma que no es recurso efectivo cuando las dietas no funcionan. Por el contrario, cuando observamos que, siguiendo una dieta adecuada, y una rutina de ejercicios periódicos no se consigue el descenso esperado es recomendable realizar una valoración integral que incluya chequeos hormonales y metabólicos, y asumir un control médico y nutricional estricto. Con los abordajes actuales resolvemos la inmensa mayoría de los problemas de sobre peso.
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