Los estudios indican que cada vez más personas enfrentan separaciones después de los cuarenta años. Muchos optan por asumir diversas facetas de la vida lejos del amor, el cariño y la sexualidad que depara un vínculo de pareja. En el caso de la mujer, es común que opte por el cuidado de los nietos y relegue a un segundo plano sus necesidades sexuales.
Desde luego, la crianza de los niños es una actividad muy gratificante, pero también es cierto que no sustituye un vínculo amoroso. La mayoría de estas mujeres experimentan y a la vez reprimen sus necesidades sexuales y afectivas. Algunas, por malas experiencias previas, temen ser maltratadas emocionalmente. Otras manejan la falsa idea de no ser atractivas a esa edad, y a muchas les preocupa la censura de parte los hijos.
Al margen de estas consideraciones, es importante que todas las personas les den su lugar a las necesidades afectivas y sexuales y comprendan los enormes beneficios de contar con una relación de pareja, sobre todo cuando se llega a la madurez. Las más recientes investigaciones destacan la relevancia de pasar estos años en compañía de un amor sincero. De ahí la gran importancia de que los hijos y demás familiares sean respetuosos y vean con buenos ojos estos vínculos.
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