Temas Difíciles 2827 0 LA SEXUALIDAD Y EL AMOR EN LOS DÍAS OSCUROS. SEXO Y DEPRESIÓN. Tristeza, sexo y amor Por Dr. Mauro SLa depresión es una enfermedad muy común en nuestra sociedad. Se calcula que más de trescientos millones de personas la padecen en el mundo, y es la principal causa de incapacidad en el ámbito mundial. Aun cuando existen múltiples y efectivas formas de abordarla, cerca de la mitad de los afectados no reciben tratamiento, unas veces por la falta de recursos y otras veces porque se desconocen las características de la enfermedad como tal.Por eso, es fundamental entender su verdadera dimensión. Por un lado, es normal que todos tengamos episodios de tristeza en el transcurso de la vida, principalmente relacionados con infortunios y desgracias, de los cuales nos reponemos en unos cuantos días.En cambio, los cuadros depresivos presentan síntomas que persisten a lo largo del tiempo. Así, es frecuente experimentar tristeza, ansiedad, una sensación de vacío, desesperanza, pesimismo, sentimientos de culpa, además de la sensación de inutilidad e impotencia. Son comunes la fatiga, la irritabilidad y la inquietud, junto con la dificultad para concentrarse, recordar detalles y tomar decisiones. Algunos pacientes descuidan su vestimenta, y pueden ser menos pulcros con los hábitos de higiene y el aseo personal.El patrón del sueño suele verse afectado, ya sea por no poder dormir, por despertar muy temprano o por dormir mucho tiempo. De igual forma, el apetito puede perderse o, por el contrario, se puede comer en exceso. En algunos casos, hay problemas digestivos y dolores de cabeza; en depresiones severas, hasta ideas o tentativas de suicidio. La intensidad de la depresión varía mucho, desde aquellos en quienes los síntomas son leves y escasos hasta los que lidian con un cuadro severo y complejo, en los cuales incluso se manejan ideas autodestructivas e intentos de suicidio. Hasta la fecha, no sabemos a ciencia cierta la causa de la depresión. En general, se atribuye a la alteración en unas sustancias cerebrales llamadas neurotransmisores. Desde luego, como desencadenantes de esos cuadros también se mencionan factores sicológicos, así como el papel de las diversas situaciones que depara la vida. Varias circunstancias hacen más probable la aparición de un cuadro depresivo. Cargas laborales desmedidas, responsabilidades familiares, adversidades económicas, enfermedades graves propias o de allegados, problemas con los hijos, la misma pobreza, las drogadicciones, la muerte de un ser querido y el mal manejo de un fracaso figuran como las más frecuentes.Por supuesto, la vida emocional también puede originar situaciones dolorosas que pueden provocar la depresión. Las separaciones y los divorcios conflictivos, problemas de pareja, violencia doméstica, indiferencia afectiva, infidelidades, entre otros motivos, hacen más probable la ocurrencia de un cuadro depresivo.Las personas con reiteradas y constantes fallas de desempeño sexual tienen más probabilidades de desarrollar cuadros depresivos. Hombres con dificultades de erección o cuadros de eyaculación precoz pueden verse afectados de manera considerable, más cuando sufren el rechazo o el reproche de su pareja, de su compañera o de alguna conquista fortuita. Esto suele ser más crítico porque, según se ha descrito, los hombres tienden más que las mujeres a recurrir a las drogas, al tabaco y al alcohol cuando están deprimidos, y esta situación agrava más su mal rendimiento sexual. De igual modo, algunas mujeres que no logran disfrutar la vida sexual y que en su vida marital ven en la sexualidad una carga más que un deleite pueden caer en un cuadro depresivo, sobre todo cuando reciben constantes recriminaciones por parte de la pareja.Sin embargo, no está claro por qué algunas personas que enfrentan situaciones delicadas sufren de depresión y otras con desafíos similares no la padecen. Lo que sí es cierto es que, cuanto más temprano se consulte, mejor será la respuesta al tratamiento. Así como los problemas sexuales pueden generan cuadros depresivos, también los cuadros depresivos pueden perjudicar la esfera sexual. Por un lado, el deseo sexual suele disminuir de manera significativa. A veces puede resultar difícil conseguir o mantener una erección firme. Asimismo, son frecuentes los problemas de eyaculación precoz; otras veces, se presentan dificultades para eyacular. En la mujer, el deseo se puede afectar y a menudo enfrenta problemas para conseguir el orgasmo. En algunas, además, la resequedad vaginal causada por una baja lubricación vuelve molesta y dolorosa la penetración. Es esperable que estas fallas sexuales, tanto en el hombre como en la mujer, acrecienten el cuadro depresivo. La esfera emocional se ve más dañada. La apatía reinante dentro del vínculo, asociada a los cambios de carácter, además del aislamiento, suelen crear desavenencias y distanciamientos nocivos para la pareja. Desafortunadamente, a ambos miembros de la pareja les cuesta reconocer que uno de los dos sufre un cuadro depresivo y lo confunden con un problema afectivo: seguro no me quiere, a lo mejor tiene otra, quién sabe con quién anda, son algunas de los pensamientos que afloran en la pareja como forma de explicar la situación.Comúnmente, el pesimismo imperante y la inestabilidad afectiva usuales en los cuadros depresivos truncan cada intento por abordar el tema con la pareja. Más bien, estas iniciativas suelen terminar en un auténtico drama, salpicado de resentimientos y rencores. Florecen el llanto y los reclamos, los cuales dejan más dudas y más lejanía. De manera sorprendente, aun así muchas parejas retrasan la consulta.El área filial también se ve afectada. A pesar del gran cariño que profesa a los niños, el paciente deprimido no siente el empuje y la energía para estar a la altura de la paternidad. Si son niños pequeños, por lo general es poco tolerante con sus travesuras y claudica fácilmente. Si son niños más grandes, le cuesta desempeñar el rol de padre, de llevarlos, traerlos, escucharlos, pues esas tareas le resultan desgastantes. Si son adolescentes, las demandas de los jóvenes pueden parecerle difíciles de cumplir. Es común que sea la pareja quien asuma la crianza de los hijos. La vida social del paciente deprimido se va debilitando. Va perdiendo el interés por las actividades sociales: el baile, el deporte, los espectáculos, las salidas con amigos y compañeros del trabajo se tornan agobiantes.Es frecuente observar una merma en el rendimiento laboral, debido a la desatención, llegadas tardías y problemas de interrelaciones personales. Algunos son despedidos sin saber que realmente este comportamiento obedece a su enfermedad.En países como el nuestro, donde disponemos de una competente seguridad social, los hombres son más reticentes para consultar. Igualmente, a menudo rehúyen comentar con familiares este trastorno o buscar ayuda con sus amigos, sea porque les parece algo transitorio, que se superará solo o porque no lo consideran una enfermedad. En las mujeres, los cuadros depresivos pueden desencadenarse además en etapas claves de la vida, como el parto, la lactancia, la menopausia, o en algunos momentos del ciclo menstrual, sobre todo en aquellas que padecen el llamado síndrome premenstrual.Desde esta perspectiva, se entenderá que los problemas depresivos no involucran solo el ámbito personal, sino que tienen fuertes repercusiones en las áreas sexual, afectiva, familiar, social y laboral, es decir, afectan la vida como un todo. Afortunadamente, hoy contamos con manejos integrales muy exitosos en la mayoría de los pacientes, los cuales les permiten recuperar la vida perdida. Merece una mención especial el uso de los antidepresivos. En términos generales, estos medicamentos deben ser prescritos por un profesional, preferentemente por un especialista en conducta humana. A veces, por la negativa del paciente a consultar, se consumen medicamentos recetados a familiares o amigos u obtenidos de manera ilícita en el mercado. Debemos recordar que estos fármacos requieren de una evaluación integral para decidir la dosis ideal para cada paciente. Por ese motivo no se venden libremente y se exige una receta especial. Los antidepresivos se deben tomar con constancia. Como el paciente deprimido tiende a tener olvidos y falta de concentración, es crucial que la pareja o la familia le recuerden tomar el medicamento y que constaten cada día si lo ha tomado. Muchas veces la ineficacia del tratamiento no es resultado del principio activo, sino de la toma irregular del producto.Hemos señalado que los problemas sexuales pueden generar cuadros depresivos. También, hemos comentado que los cuadros depresivos pueden conducir a fallas en el desempeño sexual. De igual manera, en algunos casos los tratamientos con fármacos antidepresivos pueden afectar el área sexual. Esto motiva a algunos pacientes a abandonar el tratamiento, con nefastas consecuencias. Por eso, es fundamental que el paciente comprenda que por ninguna razón debe suspender el medicamento y que, ante un efecto secundario, sea sexual o de cualquier otra índole, debe consultar. Así, el médico valorará si el medicamento es el causante del problema y, si lo fuera, decidirá si modifica la dosis, cambia el fármaco o agrega algún otro compuesto para eliminar ese efecto indeseable. Los tratamientos actuales se basan en la combinación de una serie de medidas. Por un lado, los medicamentos suelen ser muy efectivos. Junto con una intervención sicoterapéutica individual, de pareja y familiar, además de un abordaje sexológico, suelen permitir tanto al paciente como a sus seres queridos reasumir los roles de vida sanos y fraternos, así como incorporar al paciente al campo laboral y a la dinámica social.Recientemente, la Organización Mundial de la Salud ha indicado que los programas preventivos reducen la depresión. Todos se basan en medidas sencillas de fácil implementación. Los programas escolares promueven un modelo de pensamiento positivo en niños y adolescentes. Las intervenciones dirigidas a los padres de niños con problemas de conducta pueden reducir los síntomas depresivos de los padres y mejorar los resultados de sus hijos. Los programas de ejercicio para los adultos mayores también pueden ser eficaces para prevenir la depresión.