LAS PRIMERAS MANIFESTACIONES DE LA IMPOTENCIA.

Hay varias formas en que se manifiestan las alteraciones iniciales de la erección. En ocasiones el varón nota que con la menor distracción pierde la rigidez del pene, ya sea al colocarse un preservativo, o al cambiar de posición, o por cualquier interrupción como una llamada telefónica.

De manera concomitante la erección no siempre alcanza la firmeza deseada, el pene esta algo flojo, y no se levanta totalmente al momento de la excitación, muchos dicen “doctor me quedo a media asta” y en algunas ocasiones la erección es tan débil que no permite la penetración. 

Estas fallas en etapas tempranas son ocasionales, pero poco a poco se van volviendo más frecuentes hasta el punto que generan cierto grado de temor por parte del varón, quién ya no sabe si va a poder funcionar adecuadamente en la siguientes relaciones sexuales.

Otra manifestación radica en el descenso en la frecuencia de relaciones sexuales, así, el varón se percata que, aun cuando quiere, ahora no puede tener dos o más relaciones sexuales el mismo día, y posteriormente nota que requiere de varios días para volver a tener relaciones sexuales, porque aunque quiera como que el cuerpo no le responde. Es común que se diga “yo quiero más, pero no tengo con que”.

Las erecciones automáticas esas que ocurren a lo largo del día de manera refleja se son  cada vez menos frecuentes Así las sanas y normales erecciones al despertar y las de la noche van desapareciendo. Muchos dicen, “doctor ya no puedo ni con el mañanero”.La salida del semen también denota la presencia del problema de la erección, el semen en vez de salir rápido y con fuerza, sale chorreando y de manera pausada. 

En etapas iniciales, los fallos son más frecuentes en situaciones de stress o fatiga, y el rendimiento óptimo está presente en situaciones relajantes, lo que hace creer a muchos que el problema es psicológico, luego se percatan que el problema para conseguir la erección se presenta aun cuando en situaciones carentes de stress y preocupaciones.

Por eso se insistimos al decir que la impotencia rara vez es una sorpresa, más bien es el resultado de un proceso progresivo, usualmente producto de enfermedades hormonales o metabólicas,  en el que el varón va experimentando fallas ocasionales que se van haciendo cada vez más frecuentes, al punto que llega a no conseguir la erección.

En general los tratamientos son más efectivos entre más temprano se instauren, y sobre todo entre más rápido se determine la causa que provoca el problema de la impotencia. Desdichadamente, muchos varones no consultan porque creen que las fallas en la erección son normales a cierta edad, cuando la ciencia nos indica que la edad no provoca cuadros de impotencia.La buena noticia es que hoy estamos en capacidad de tratar eficazmente a la inmensa mayoría de los varones que cursan con problema de erección.