Mundo Sexual de las Palabras 1080 0 Adultos mayores La III Edad, esa aventura centenaria ¿Debemos prepararnos para la vejez? Por Dr. Mauro LPodrá resultar sorprendente, pero la III edad es un periodo de la vida que ha sido estudiado y descrito por científicos sociales. La expresión III edad no es una forma distinta de referirse a la vejez, es más bien una descripción de la evolución de nuestras vidad. Es realmente sorprendente como el vocablo tercera edad se ha popularizado en nuestros países y, sobre todo, cómo fue asimilado de lleno por la población mayor. También es de resaltar que, desdichadamente, buena parte de la población desconoce el origen y los alcances de este concepto. En el uso cotidiano, el término tercera edad fue visto por algunos simplemente como un neologismo que permite referirse al anciano por otro nombre; simplemente una forma más de decir viejo de otra manera. Sin embargo, no se comprendió a plenitud lo que engloba el concepto de la tercera edad. En realidad, el concepto surge en la década de los ochenta, cuando Peter Laslett desarrolló un marco conceptual en torno a una serie cambios inesperados que viven las sociedades desarrolladas. Laslett se percata que, a lo largo de la historia de la humanidad, quienes llegaban a la etapa adulta, con suerte alcanzaban los setenta años. Era tan raro llegar a viejo, que no hacía falta planear nada para la vejez. Hoy, el panorama es totalmente distinto. Los adelantos en la medicina y los avances tecnológicos han elevado la calidad de vida y han provocado, a la vez, que porcentajes importantes de nuestra población lleguen a vivir 70 y más años. Es decir, nosotros, como personas, tenemos que entender que la vida ya no se acaba a los cincuenta. Buena parte de nuestros lectores menores de cincuenta años vivirán cerca de cien años. Eso significa que apenas han vivido la mitad de su vida y les resta medio siglo por vivir. Desde el punto de vista social, vivir tanto tiempo exige un cambio enorme en la forma de ver la vida. Nuestra sociedad tiene que adaptarse a ese enorme porcentaje de personas mayores que tienen otras necesidades y otras expectativas. Por eso, la planificación, tanto en el plano social como en el individual, más que necesaria, resulta urgente. Vivir el momento, vivir el aquí y el ahora y todas esas ideologías circunstancialistas, pierden vigencia debido a la longevidad de la población. La vida dejó de ser un suspiro y se ha convertido en una aventura centenaria.